La reflexión permanente sobre los problemas humanos en el mundo del trabajo en la era de la globalización y sus repercusiones tanto en los sujetos individuales como colectivos en las organizaciones empresariales, nos obliga a asumir desde una perspectiva crítica, no solo una postura profesional y ética, sino sobre todo, una postura política frente al quehacer de los científicos sociales en dichos escenarios de produccion.